La filosofia de la educación como ejercicio... -
Andrea Díaz Genis
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. 2014.
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Sócrates con sus discípulos), muy adecuada para aplicar a los tiranos
o todas las personas que creen ser filósofos pero no lo son. A estas
personas precisamente, nos dice Platón, hay que explicares en toda
su extensión lo que implica una obra filosófica (340 c-e). La vida
filosófica, deberíamos decir, es un modo de vida que abarca desde
el mundo de las ideas, los conceptos, hasta la transformación en
relación a las cosas más cotidianas. Todo se refleja en un sujeto que
ha buscado y trabajado para ser un filósofo y no en una persona
común. Y esto requiere mucha autodisciplina, esfuerzo, elecciones y
un “sistema de vida cotidiana”. Ocurre que los tiranos (y los filósofos
“no verdaderos”), cuando ven que hay tanto para aprender, tanto
esfuerzo para hacer, tanta moderación que se exige para la vida
cotidiana, entonces rechazan esta clase de vida y se autoconvencen
de que ya han aprendido demasiado y no necesitan más esfuerzos.
La filosofía implica, y es, ejercicio espiritual. No se accede a la
filosofía sólo por tener una actividad intelectual, aunque también la
implica esto. La filosofía supone ciertas prácticas que los tiranos y otros
no son capaces de llevar a cabo para entrar en su camino que es una
forma de vida, una manera de ser y estar en el mundo. La Filosofía
como ejercicio espiritual es a prueba de tiranos y de no verdaderos
filósofos o es donde no penetra el barniz filosófico de ellos.
Dice Platón: “Ésta es una prueba evidente e infalible cuando se
trata de personas dadas a los placeres e incapaces de hacer esfuerzos,
de modo que no pueden acusar al maestro, sino a sí mismos, cuando
no son capaces de seguir todas las prácticas necesarias para la
actividad filosófica” (341e). El tipo de enseñanza y aprendizaje
filosófico no es susceptible de ser enseñado como otras ciencias.
Ya lo decía Sócrates en relación a Alcibíades en
Alcibíades I
, no se
trata de desparramar el contenido del saber en un recipiente vacío
(se parece al concepto de educación bancaria de Freire). En este
momento de la carta VII aparece un texto maravilloso donde se da
el encuentro del sujeto con la comprensión de tipo filosófico a partir
de una vida filosófica:
Desde luego, no hay ni habrá una obra mía que trata de estos
temas; no se pueden, en efecto precisar como se hace en otras
ciencias, sino que después de una larga convivencia con el problema
y después de haber intimado con él, de repente, como la luz que salta
de la chispa, surge la verdad en el alma y crece ya espontáneamente
(341d).