Cadernos de Pesquisa - Volume 9 - número 22 - page 67

67
La filosofia de la educación como ejercicio... -
Andrea Díaz Genis
C
adernos
de
P
esquisa
: P
ensamento
E
ducacional
, C
uritiba
,
v
. 9,
n
. 22,
p
.65-78
maio
/
ago
. 2014.
Disponível em <
>
El primer acceso tiene que ver con una educación espiritual y
con el magisterio de un maestro de vida espiritual que es el filósofo.
El segundo, hace referencia a otra concepción educativa y de la
filosofía, a partir de un acceso a una educación de tipo intelectual que
antes que cartesiana fue propuesta sofística (no podremos desarrollar
este punto aquí, pero si la definición de “momento cartesiano” es
esta que hemos anticipado, seguro que tiene como antecedente
en el propio mundo griego a la educación sofística). La primera,
supone precisamente un acompañamiento “natural”, o espontáneo
en la vida (en la vida cotidiana, en la plaza pública, conviviendo con
otros placenteramente, etc.), en un encuentro, fortuito o no, con
un maestro “espiritual”, etc., mas la segunda supone un acceso
“artificial” a la enseñanza, por medio de una retribución económica
(en el caso de la sofística o de cualquier maestro “profesional” de la
enseñanza a partir de ellos) a partir de la enseñanza y o aprendizaje
de una serie de competencias, habilidades y conocimientos. Sigamos
con el hilo conductor en el que veníamos. Ahora, si la persona quiere
ponerse en posición de saber algo profundamente (en la primera
escuela que es la que vamos a problematizar), si quiere ponerse en
camino de acceso o búsqueda de la sabiduría, si quiere ser él mismo
filósofo, debe cambiar su vida, debe poner el juego “su ser mismo
como sujeto”(2006: 33). No es que se descarte en esta primera
formación la verdad o el conocimiento, pero este acceso supone una
conversión del sujeto y de su vida.
Para ilustrar muchas de las cuestiones de lo que aquí queremos
decir, vamos a poner como ejemplo los mismos escritos antiguos,
comenzando, en esta oportunidad, a modo de ejemplificación, por el
socrático- platónico y nos basaremos para ello, no sólo en la lectura
de Foucault de los
Seminarios
.., si no en la lectura directa de los
textos antiguos. Sobre este punto en particular, podríamos dar varios
ejemplos, pero me voy a centrar en dos.
Alcibíades I
y la
Carta VII
de Platón. Con respecto a la última, que es un hermoso testimonio
autobiográfico que nos legó Platón (analizado también por Foucault)
nos encontramos con varias advertencias de Platón para aquellos
que sólo quieren poseer el “barniz” de las opiniones filosóficas y no
una verdadera vida filosófica. Platón advierte a Dionisios, el tirano
de Siracusa, de las ideas filosóficas “mal entendidas” (338d). Pues
estar “realmente inflamado como fuego por la filosofía” es otra
cosa… Habría que realizar una “prueba” (de estas que ya hacía
1...,57,58,59,60,61,62,63,64,65,66 68,69,70,71,72,73,74,75,76,77,...258
Powered by FlippingBook